I
Quisiera,
desatar el hilo
que la une a mi
lujuria.
Deshacer todas sus
ilusiones
como a un puñado
de redondas
y tornasoladas
burbujas.
Abstenerme
de levantar su
vestido,
desoír esta voz necia
que me obliga mentir
y recibir en premio
…su admirable ojal
coronado de rizos.
II
Quisiera,
poder destrabar
este nudo de
inseguridades
que me avasalla.
Arrinconar
los malos momentos
en lo
más profundo
del
olvido.
No volver a navegar
su cuerpo,
ni enredarme más
en la vegetación
de su sonrisa.
Quisiera,
no leer mi destino
en las líneas de su mano.
Abrir un camino
y salir para siempre
de su vida.
Abolir toda
mezquindad
y toda dulzura
que la haga
rendirse
a mis
caprichos.
IV
Quisiera,
desandar este camino incierto.
Dar vuelta en el
primer abrazo.
Alejarme, en la
prístina emoción
de un dulcísimo beso.
Despojarme de todos
sus miedos.
No escuchar más
los latidos de su juventud
llamando,
seduciéndome con sus
devaneos
y su mirada estival
irradiando cada
momento.
Quisiera,
retroceder el tiempo
y poder alojarme
en un pundonor
distante.
Donde no me sea
permitido
siquiera,
la contemplación de
sus piernas.
Desgarrar su corazón
para no verla.
Restituirle todas sus
caricias
todas sus promesas
y hasta
una libertad plena.
VI
Quisiera,
lavar mis
sentimientos
de esa lúdica y
abigarrada
morbosidad que la
pervierte.
Romper el maleficio
que la prende a mis
excesos
y devolverle así… otra
historia.