miércoles, 7 de octubre de 2015

Escritor de fantasías








¿Quién dicta mis palabras
y argumentos
en este lago solitario
de la creación?

Las voces van tomando su sitio
mientras escucho el teclear
de la vieja Rémington.

¿Qué silencio hay en esta mesa,
donde mis personajes saltan
vestidos de turistas
a observar lo que escribo?

El día transcurre perezoso,
entre líneas y cigarros
entre frases y suspiros.

Algunas hojas surcan el aire
como apretadas bolas de nieve
o van directo al cesto de basura.

Mientras mis dedos apabullan si cesar
la pesada máquina en danza siniestra,
donde hay blancos rincones aleteando
y palabras necias, aún sin estrenar.









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